A partir de los años de 1950 las tensiones entre la Unión Soviética y Estados Unidos se hicieron cada vez más tensas. La Tercera Guerra Mundial parecía inevitable y, como miembro del Pacto de Varsovia, nuestro paía no estaba exento. Hungría, según alunos planes, debía atacar el norte de Italia o Baviera en cooperación con otros Estados comunistas.
Por supuesto, los países occidentales de la OTAN tenían ideas similares en caso de que el conflicto armado resultara inevitable. Ambas partes habrían complementado estas operaciones con armas nucleares pequeñas y grandes, incluso en zonas densamente pobladas. Afortunadamente, esto nunca ocurrió.
Póster de la Guerra Fría – “Juntos en la protección del socialismo y la paz”
Comparación del poder destructivo de las armas nucleares.
Impacto de una cabeza nuclear Trident W-88 sobre Budapest.
Posibles lugares de ataque nuclear, basados en un plan operativo estadounidense de 1956.